Es un verdadero honor formar parte de esta gran familia que es Red Mundo Atlántico. Hace apenas una semana Don Mariano me invitó a escribir unas palabras sobre un tema libre, que yo escogiese, pero que tuviera sentido me dijo. De manera natural, sin que hubiera tiempo para la reflexión le respondí inmediatamente que iba a escribir sobre la frontera. De manera natural, ya que no se le pueden poner puertas al campo, y mucho menos al mar. Más allá de la frontera está lo desconocido, lo nuevo: un mundo entero por descubrir. La frontera es conflicto y contradicción, pero al mismo tiempo crea comercio y conocimiento. Bonita metáfora sobre la vocación que tiene Red Mundo Atlántico.
Si miramos un mapa la frontera es una línea que separa, que divide: conflicto. Si pensamos en las concertinas que separan a Ceuta y Melilla de Marruecos la frontera es violencia y confrontación, la muerte en muchos casos. Las fronteras de un gran número de países, antiguas colonias de la soberbia de occidente han sido dibujadas con lápiz y regla sobre un mapa. Esas líneas rectas trazadas sobre un papel han provocado la división de pueblos, una infinidad de guerras que en ocasiones han llegado al genocidio. La ignorancia, nuestra soberbia y las ansias de poder son la causa. Somos esclavos de nuestra condición humana, y aunque es tarea difícil, nuestra obligación consiste en romper estas cadenas.
Si miramos la frontera que separa Galicia y Portugal la contradicción es evidente. Desde Madrid pensaba, siguiendo la lógica del párrafo anterior, que la frontera dividía dos sitios diferentes. Cuando te acercas descubres con fascinación que gran parte de esa frontera es un río. El río da la vida y así, desde la frontera nace la vida. Salvaterra de Miño y Monçao son dos ciudades separadas por el río. En cada orilla del Miño existe un régimen fiscal diferente, y eso crea movimiento. El Atlántico es una gran frontera, que nos da la vida. El mar y la contradicción, nos da la vida y también nos la quita. El ser humano es contradicción, y desde esa contradicción nace la fuerza que nos hace construir.
De la diferencia nace el comercio, y en la frontera se desarrolla. O competimos o cooperamos, no hay más opciones. O hacemos la guerra o comerciamos. Si nos diferenciamos como personas es por el lenguaje, por nuestra capacidad de cooperar, por el comercio. Entre dos personas la distancia desaparece gracias a la comunicación. Este intercambio de ideas entre los diferentes crea riqueza. Lo que para unos tiene poco valor, para otros es un tesoro, y viceversa. Desde la diferencia se construye, siendo la diversidad un regalo. En un mundo industrial todavía podíamos permitirnos el lujo de buscar la estandarización para crecer, por medio de las economías de escala. En el mundo digital la información fluye, y las economías de escala se muestran como un monstruo capaz de devorar al planeta. En este sentido, Red Mundo Atlántico es una plataforma viva que permite el intercambio eficiente de recursos de todo tipo, un corazón dentro del nuevo mundo digital.
Gracias a todo este intercambio se crea conocimiento. Beato de Lievana situaba la memoria en el corazón, y comentaba con frecuencia que es desde el corazón como se llega a ver a Dios. Cuando Lucas habla del nacimiento, de la infancia o de los sucesos del templo de Jesús dice que María guardaba todas estas cosas en su corazón (Lucas 2, 51). Las emociones y la razón convergen, de la misma forma que lo hace la ética con la estética, o la verdad con la belleza. Con el mundo digital desaparecen las fronteras, surgiendo así una gran familia que disfruta buscando la verdad.
La etimología de compañero es compartir el pan. Amigo proviene del verbo latino amare, amar en castellano. Por su parte, la palabra ética proviene del griego ethos que es el lugar donde se habita. En resumen: Gracias amigos por dejarme compartir con vosotros el pan en el lugar donde habitáis, en Red Mundo Atlántico.