Una introducción a la Dieta Atlántica por parte de uno de los impulsores de la asociación empresarial Red Mundo Atlántico.
El concepto, las zonas y sus características
Tradicionalmente, la cultura gastronómica de una región ha venido dada por los productos locales que se cultivaban o conseguían en dicha área. En este sentido, la denominada dieta atlántica, término acuñado en los años 90, se refiere al estilo de alimentación que comparten las zonas bañadas por el océano Atlántico hacia el norte europeo en países como Portugal, España, Francia e Inglaterra, principalmente. En España, las comunidades con esta característica comprenden Galicia, Principado de Asturias, Cantabria y País Vasco.
Desde hace años se vienen celebrando encuentros y congresos con el fin de estudiar y dar a conocer las características y beneficios de esta dieta. Como resultado de este interés se crea en 2003 en Portugal el Centro Europeo de Dieta Atlántica. En España en 2007 se creó la Fundación Dieta Atlántica, auspiciada por la Universidad de Santiago de Compostela, cuya finalidad es la de estudiar y promover las particularidades de esta alimentación.
Aunque el concepto de la dieta atlántica se remonta a hace unos 20 años, es desde hace 10 cuando se ha comenzado a extender y estudiar. Así lo viene reconociendo en sus entrevistas el doctor Felipe Casanueva, vicepresidente de la Fundación Dieta Atlántica, quien comenta que se ha observado que la zona de Galicia «cuenta con una longevidad mayor» que otras zonas de España.
Esta dieta tiene una característica muy especial, pues no solo le da importancia a los alimentos que como, sino también a la manera que se preparan y consumen. Influye el estilo de cocinar y de comer. Lo que se da es una alimentación sin prisa, el “slow cooking”. Se toman platos de olla y las comidas, que se hacen en compañía de amigos y familiares, son largas y placenteras. Así mismo, esta dieta aboga por dejar las complicaciones a la hora de preparar las comidas. Se debe buscar la sencillez en la preparación de los alimentos, para mantener la calidad de las materias primas y, por tanto, el valor nutritivo.
¿Qué se come en la dieta atlántica?
Las principales características de la dieta atlántica se recogen resumidas en el Decálogo de la Dieta Atlántica, creado en 2006 a partir del II Congreso Internacional, y son:
- Consumo de tres a cuatro veces por semana de pescados tanto de mar como de río, y mariscos (moluscos y crustáceos), que constituyen la gran reserva natural del Atlántico. Esta recomendación es importante en la alimentación en las distintas etapas de la vida.
- Elevado consumo de alimentos de origen vegetal: cereales, patatas y legumbres. Se recomienda el consumo de pan elaborado con harinas integrales o de grano entero y tomar la patata preferentemente cocida.
- Consumo alto de frutas y hortalizas. En lo que respecta a las frutas, variar la ingesta y dar preferencia a manzanas y cítricos. Entre las hortalizas es conveniente mantener el consumo de las del género brassica, de acuerdo a los hábitos de producción y consumo local (repollo, berzas, grelos y nabizas). También estarán presentes las judías, pimientos, cebollas, zanahorias, guisantes y ajos.
- Uso del aceite de oliva como principal grasa culinaria, sobre todo para aderezar en crudo.
- Ingesta diaria de productos lácteos, tanto en forma de leche, como en derivados fermentados con beneficios adicionales.
- Consumo moderado de carne. El consumo excesivo puede ser perjudicial para la salud, y es preferible elegir carnes magras, y formando parte de platos a base de verduras, legumbres, o patatas. De esta manera se reduce el tamaño de la ración de carne y se aumenta el valor nutritivo del menú.
- Ingesta abundante de líquidos, especialmente agua como bebida de elección. El consumo de vino será muy moderado y responsable y siempre con las comidas.
- Sencillez en la preparación de los platos para mantener la calidad de las materias primas y su valor nutritivo. Las técnicas culinarias más empleadas son el hervido, la plancha y la fritura en aceite de oliva, ya que mantienen mejor las características sensoriales de las materias primas de la dieta atlántica.
- Mantener los hábitos alimentarios tradicionales atlánticos. Saber comer y disfrutar de ello.
- Realizar ejercicio físico a diario adecuado a cada persona es tan importante como comer de forma apropiada. La dispersión geográfica de la población atlántica y el tipo de actividad profesional ayudan a llevar a cabo una vida activa y saludable. La naturaleza atlántica, terrestre y marítima, permite el desarrollo de actividades de ocio al aire libre que facilitan la actividad física.
Los múltiples beneficios de la dieta atlántica
Es importante destacar que se trata de una dieta con una huella de carbono mínima. Un grupo de investigadores de la Universidad de Santiago ha analizado varias dietas y su huella de carbono: la atlántica es la que menor huella tiene. Al ser una dieta que aboga por el consumo de alimentos de temporada y proximidad, es no sólo saludable, sino también sostenible con el medio.
Así mismo, resulta una alternativa con mayor aporte proteico que la dieta mediterránea y quizá por eso es una opción que brinda saciedad al organismo con facilidad, ofreciendo además nutrientes de alta disponibilidad como hierro de origen animal, calcio propio de los lácteos, vitamina B 12 y otros.
La dieta atlántica contribuye a prevenir carencias nutricionales y resulta al mismo tiempo saciante y fácil de llevar a cabo, es decir, es una dieta que favorece la adherencia, permitiéndonos sostener su práctica a largo plazo y así acentuar la pérdida de peso. También se han comprobado ventajas de la dieta atlántica sobre la salud cardiovascular, reduciendo entre otras cosas, el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio.
Pero más allá de los muchos beneficios, la ayuda de la dieta atlántica para adelgazar radica en su aspecto flexible y placentero y también en su poder saciante mediante alimentos de alta densidad nutritiva.
Si pasamos a la dieta atlántica, deberíamos alejarnos de los ultraprocesados y ello sin duda implicaría una menor ingesta de calorías, así como una reducción considerable de nutrientes de mala calidad y que pueden resultar adictivos, incentivándonos a comer más y más.
Por otro lado, su riqueza en grasas de pescado y en aceite de oliva extra virgen puede ser favorable al momento de adelgazar. El omega 3 de los primeros en el organismo, y los ácidos grasos monoinsaturados del segundo en reemplazo de grasas saturadas también se han vinculado al descenso de peso en el tiempo.
Red Mundo Atlántico
Desde Red Mundo Atlántico apoyamos y difundimos con orgullo la dieta atlántica y por ello celebramos periódicamente comidas con sus socios para fomentarla y disfrutar de alimentos de calidad y de temporada propios de Galicia y del norte de Portugal.
El próximo encuentro con la dieta atlántica será el día 7 de julio en la sede de la Fundación de la AEP en Porto. Será una comida en la que los socios disfrutaremos de la compañía de Luís Valente de Oliveira, quien fue un destacado político portugués durante muchos años. Disfrutaremos de un buen vino gallego tras una cata ofrecida por la bodega Pazo de Fefiñanes y brindaremos por todo lo mucho que nos une a Galicia y a Portugal y en especial por nuestra maravillosa dieta atlántica.
Raúl Varela
Raúl Varela es abogado, empresario, presidente del grupo empresarial Varela y Asociados y vicepresidente primero de Red Mundo Atlántico. También es socio y consejero del World Happiness Fest.