03/03/22
La Iberia vaciada sí tiene solución
Mundo Atlántico

Raúl Carbajal López (Tineo, 1994) es maestro, divulgador e investigador postdoctoral rural de la Universidad de Oviedo. 

Oviedo, 8 de febrero de 2022

La Real Academia de la Lengua Española define el olvido como aquella “cesación de la memoria que se tenía”, “cesación del afecto que se tenía” o “descuido de algo que se debía tener presente”. En lengua portuguesa podríamos traducirlo como “esquecer” que significaría “perder a lembrança de” o “deixar fugir da memoria”. La “especie humana” y sus “representantes” políticos han dejado morir poco a poco la identidad rural de Iberia (España y Portugal) cegados por ideales grandiosos de modernidad y desarrollo económico que nunca (o en raras ocasiones) se basaron en ideales comunitarios o en el bienestar íntegro de la persona. Múltiples medios de comunicación, anuncios de publicidad en redes sociales, gestores políticos, Administraciones, influencers del siglo XXI nos bombardean diariamente 24/7 con un concepto político que para ellos/as resulta “innovador”: la ruralidad abandonada. El término de “España Vaciada” fue acuñado en 2016 por el escritor D. Sergio del Molino y poco a poco se fue desgastando “de tanto usarlo”. Llevamos años realizando diagnósticos, estudios y planes. La realidad rural no es muy distinta en comparación hace unas décadas, más allá de un avance tecnológico superficial que parece haberse acomodado en nuestras vidas tras la pandemia. 

Tal como defiende D. Carlos Taibo en “Iberia vaciada: despoblación, decrecimiento, colapso” se debe empezar a trabajar en alternativas viables para el mundo rural y su ciudadanía: “La tesis de (John Michael) Creer viene a decirnos que, si el colapso es inevitable, mejor empezar a trabajar ya en la construcción de una sociedad alternativa ahora que el cambio climático no ha hecho valer sus secuelas más negativas y ahora que las materias primas energéticas no se han agotado por completo (…) aunque desde mi punto de vista sería un craso error colocar el futuro en manos de Gobiernos y burocracias, no por ello hay que renunciar al pago de la deuda histórica contraída por el medio urbano con el rural”. Vayamos por partes. 

Sobre el “Portugal olvidado”

Portugal (última actualización del Censo a día 16 de diciembre de 2021, INE) estaba conformada por 10.344.804 personas (variación del -2,1% respecto 2011 que era de 10.562.178 personas). 

-La organización administrativa de Portugal se realiza de la siguiente forma: NUTS-I (Portugal), NUTS-II (Portugal continente, Región Autónoma de Azores y Región Autónoma de Madeira) y NUTS-III (división conformada por las freguesias o antiguas parroquias cristianas que aglutinan varios municipios). 

Imagen: Variación de población NUTS-II (2011-2021): los territorios más azules estarían más afectados por la variación de población negativa. Fuente: Instituto Nacional de Estadística PT. 

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– En orden descendente y centrándonos en la cantidad de población total de “Portugal continente” nos encontraríamos el Norte (3.587.074 personas con un -2,8% de variación poblacional); el Área Metropolitana de Lisboa (2.807.770 con un 1,7%), el Centro (2.327.755 con un -4.3%), Alentejo (757.302 con un -6,9%) y el Algarve (451.006 con un 3,7%). La Región Autónoma de Madeira tendría 267.785 y un -6,4% de variación) y la Región Autónoma de Azores (246.772 con un -4,2%). 

Imagen: Variación de población por municipios (2011-2021): los territorios más azules estarían más afectados por pérdida de población. Fuente: Instituto Nacional de Estadística PT. 

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-La entidad más poblada de la Portugal continental (NUTS-I) sería Lisboa (545.923 personas) y la menos Barrancos con 1440 ciudadanos/as. Las entidades que más sufren el fenómeno humano de la despoblación se localizarían en el interior de la península. Las siete entidades portuguesas (continente) que gozan de mayor población serían: Lisboa, Sintra (377.835 personas), Vila Nova (302.298), Porto (231.828), Cascais (214.158), Loures (201.632) y Braga (181.494). Las menos pobladas: Arronches (2789), Penedono (2738), Castanheira Pêra (2657), Alcotium (2523), Mourão (2351), Alvito (2282) y Barrancos (1440). Aspectos en los que más se verían afectados: oportunidades, servicios públicos, infraestructuras etc. 

Imagen: Variación de población por parroquias (2011-2021): los territorios más azules estarían más afectados por pérdida de población. Fuente: Instituto Nacional de Estadística PT. 

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-Alentejo ha sufrido en el año 2021 (respecto 2011) una variación poblacional del -6,9% (la mayor variación de todo Portugal NUT-II). La evolución poblacional (descenso e incremento) afecta de manera muy distinta a cada uno de los territorios que conforman Portugal como si de una “muñeca rusa” se tratara: mientras que en la zona de Longueira-Almograve (“freguesía” de Oldemira) la población pasó de ser 1356 personas en 2011 a 2335 en 2021 (72,2% de evolución poblacional) la situación de Barrancos sería de -21,5%. En el siguiente mapa podremos situar Barrancos y vincular su situación actual. 

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La pirámide poblacional envejecida, la baja tasa de natalidad y la reducción de personas externas a la nación pone en jaque al futuro del Portugal (NUTS-I) rural (así como a la España Vaciada). Dentro de cada territorio nos encontraríamos lugares con carácter propio que sufren el fenómeno de una manera mayor o menor: dentro de los “perdedores” o “vencedores” (cuestión cuantitativa y cualitativa) siempre hay “más perdedores” y “más vencedores”. Por este motivo se considera muy necesario elaborar “trajes a medida” (políticas concertadas entre la sociedad organizada) para dar respuesta a cada reto que pueda presentarse. El poder de la “resiliencia rural” se localiza justamente en eso: en dar respuesta a los problemas actuales y adelantarse a los futuros. 

D. Armando Moreira (Expresidente de la “Cámara Municipal” de Vila Real firmaba el día 28 de enero (de este año) un artículo titulado “Mundo rural olvidado” (Diario A Voz de Tras os Montes) donde se denunciaba la precaria situación del rural portugués y su ciudadanía (“despoblado” en los términos usuales de la jerga política cotidiana y socialmente extendida). 

En este contexto, se defiende una tesis política muy acertada y que conecta con la realidad social de la vecina “España Vaciada” que poco a poco “se dio cuenta de que no podía contar con los partidos tradicionales, PSOE y PP”: “el abandono del territorio por parte de las poblaciones que en él habitan, ¿o vivieron? – y que los abandonan, no sólo porque les gusta vivir en los grandes centros urbanos, sino principalmente porque se sienten solos e incapaces de operar los cambios de los nuevos tiempos”. Tal como hiciera D. Miguel Delibes en la obra “el disputado voto del Señor Cayo” Moreira hace una llamada de atención a la clase política que dirige el presente y futuro de nuestras comunidades : “que los diputados electos presten atención al drama del despoblamiento del campo; sin gente ni siquiera hay necesidad de elecciones”. 

A este respecto, Afonso Camões (Diario de Noticias, 18 de enero de 2022) afirmaba en “Votos que valen menos” que el abandono histórico del medio rural continúa “empalideciendo el retrato del interior portugués, donde el Estado es precario y con demasiada frecuencia ausente”. Para el autor “el Estado debe asumir los costos de la ocupación mínima del territorio, sustentando el mantenimiento de sus servicios esenciales”. Por ende, la situación de la “Portugal olvidada” no puede ser subestimada ni subordinada a la agenda policía de la nación, bien sea como un desafío o promesa electoral” (Ana Fernández y Pablo Machado, Asociación Demográfica Portuguesa, Público, 15 de enero de 2022). 

La cuestión demográfica va más allá de la cuestión cuantitativa (poblacional): afecta en la calidad de la ciudadanía que residen en los territorios, así como en las generaciones previas y venideras. Asumiendo que la situación del rural portugués forma parte de un fenómeno global y europeo (condicionado por el sistema económico) el papel de la acción ciudadana y de la Administración local es esencial (Mª Antónia Pires de Almeida, 2018, en “O papel do poder local no combate ao despovoamento em Portugal”)

Sobre la “España Vaciada”

En octubre de 2021 el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España publicó un nuevo número de AgrInfo (nº 31) reflexionando acerca de la situación demográfica de la población rural española. Sintéticamente podríamos “condenar” a la España rural con los datos que a continuación se citan: el 15,9% de la población española está censada en municipios rurales (año 2020) suponiendo el 84% de la superficie total española. 

La población rural desciende mientras que la urbana se ve incrementada (en el año 2050 un 80% de las personas vivirán en ciudades medias y grandes). El peso de las zonas rurales es mayor en las comunidades autónomas del norte y del oeste de España (con una tasa de ocupación del 44,5% menor que las ciudades). En este sentido, y con las especificidades oportunas, no resultaría muy descabellado afirmar que la situación de Barrancos es similar a cualquier zona rural de la España olvidada, por ejemplo, Asturias o Galicia. 

España tiene una organización política y administrativa muy similar a la implantada en Portugal. España (nivel NUTS-I portugués) estaría conformada por diecisiete comunidades autónomas y dos ciudades autónomas (nivel NUTS-II) -algunas comunidades autónomas tienen una provincia y otras varias-. Los municipios o concejos se unen (tradicionalmente) en parroquias o comarcas (nivel NUTS-III) aunque su agrupación es una distribución simbólica a efectos de la comunidad local específica (municipios, concejos o concellos). 

Según el Banco de España un 42% de los municipios españoles se encuentran en claro riesgo de “despoblación”. El capital económico (y por tanto las posibilidades de desarrollo personal laboral) se está concentrando en las ciudades medias y grandes: posteriormente la población lo hace. Tan solo hace analizar a dónde emigran nuestros jóvenes rurales (y en qué condiciones, por otra parte). 

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La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) considera que tras la pandemia de la Covid-19 el mundo rural se puede establecer como una alternativa social para co-construir unas relaciones más sostenibles y que puedan generar “dinamismo social” aunque exigen herramientas básicas para que sus servicios se equiparen razonablemente a los de las ciudades”. Las políticas europeas focalizadas en la cuestión del despoblamiento rural (“A long-term vision for he EU’s rural areas”) se concreta (teóricamente) en cuatro aspectos que vertebrarán el nuevo pacto europeo rural: (1) áreas rurales resilientes, (2) áreas rurales conectadas, (3) resiliencia y cohesión social-medioambiental y (4) áreas prósperas, planificadas y diversificadas. Ante la “cuestión rural” los diferentes gobiernos nacionales, provinciales y locales han desarrollado una serie de “planes estratégicos” para poder hacer frente a ella, situación que teóricamente se verá mejorada con la llegada de diversos fondos europeos (New Generation: cohesión social-territorial, digitalización, reconversión ecológica etc.). 

D. Luis Antonio Sáez Pérez (Universidad de Zaragoza, España) publicó recientemente un artículo titulado “Análisis de la Estrategia Nacional frente a la Despoblación en el Reto Demográfico en España”. Sus conclusiones son muy claras a este respecto: la equidad tendría un sentido social mientras que la cohesión sería más funcional, competitiva y “capitalista” (consumo y renta). La falta de concreción de los términos y su implementación real deja patente la corriente “cuantitativa e incrementalista de la demografía rural”. Frente al “homo economicus” no prima el debate en relación a las posibles alternativas (Carlos Taibo en la “Iberia Vaciada”) ni se reflexiona acerca de la capital importancia de impulsar el capital social desde las bases, a través de la cooperación. Por ende, “triunfan” las programaciones basadas en la metodología LEADER (desconocida en el medio rural en términos generales) y el impulso a macroproyectos “grandonistas” alejados a las verdaderas necesidades de la realidad ciudadana y rural. Sáez Pérez apuesta por la defensa firme de la ruralidad desde el talento, la tolerancia, la creatividad, la participación y el desarrollo social.

Siguiendo la estela propuesta desde el mundo rural portugués (Mª A. Pires de Almeida, 2018) en la Iberia Vaciada deben aplicarse políticas públicas de calado que tengan en cuenta las verdaderas necesidades de cada una de las diversas comunidades rurales (asumiendo su devenir comunitario y generando ecosistemas de innovación y de resiliencia socioeconómica). Las Administraciones locales (como el primer eslabón democrático) deben fomentar la participación social efectiva de la ciudadanía organizada además de favorecer el encuentro entre todos los agentes implicados. Esta filosofía del “encuentro” debe aunar a universidades, empresas científicas y tecnológicas, Administraciones superiores y anexas, así como a todas las iniciativas sociales posibles (modelo de la cuádruple hélice defendido por el ecosistema innovador Red Mundo Atlántico). 

La Administración (local) debe ser el protagonista principal de la revitalización de los entornos rurales sumidos en el proceso de olvido social (aunque deberá contar con redes participativas de apoyo y asesoramiento así como de laboratorios ciudadanos rurales que conformen Asambleas Rurales). “El espíritu Ourense” impulsado en la Mobile Week de Ourense’21 será un “faro” a seguir. La “renta rural joven” podría ayudar a la juventud más preparada de la historia. De igual manera, sería interesante la aplicación de políticas que tengan en cuenta la igualdad entre hombres y mujeres, así como de otros colectivos históricamente discriminados (LGTBI, por ejemplo).

Ahora bien ¿tiene solución la Iberia Olvidada? Sin ningún tipo de duda debemos admitir que , pero con condiciones. Por una parte, la ciudadanía debe asumir su rol como agente responsable del cambio: formación, cambios personales, activismo, transformación política y cooperación.

La sociedad civil debe organizarse en diversas plataformas críticas, apolíticas, transversales y que tengan metas éticas y basadas en el bien común: la Iberia Vaciada necesita un proyecto ético de país, basado en dos pilares esenciales (intergeneracionalidad y apoyo social comunitario) y que integre las demandas propias de cada localidad, parroquia, comarca, provincia o entidad. 

Asumiendo el continuo urbanidad y ruralidad (no existe una definición acerca de la ruralidad ni identidad cerrada con relación a la ruralidad) la Universidad y las empresas tecnológicas deben poner la dignidad de la persona en el epicentro de la acción institucional, colaborando con las Administraciones y atajando las verdaderas necesidades de la ciudadanía. La iniciativa privada debe apoyar a esta meta (Objetivo de Desarrollo Sostenible nº11 de la Agenda 2030 y vinculados) identificando necesidades y generando soluciones rupturistas. 

La “cuestión social rural” debe ocupar un pilar fundamental de nuestras sociedades democráticas: debemos exigir mayor compromiso político y mayor financiación para revertir el atraso histórico social de nuestros territorios, desde la sostenibilidad y la solidaridad social. Cada persona deberá aportar su pequeño granito de arena (“grano no hace granero, pero ayuda al compañero”). 

Hace ahora 12 años Pepe el Ferreiro (José Naveiras) -impulsor del Museo Etnográfico de Grandas de Salime, Asturias, España- participó en Guarda (Portugal) en el curso “Patrimonios y territorios culturales, recursos, estrategias y prácticas” con una ponencia muy directa y clara: “Recuperar o nosso património, restaurar a dignidade”. Salvar a la Iberia Olvidada no es hablar de números que contribuyen o votan. Salvar al Portugal olvidado implica recuperar una identidad condenada al ostracismo, generando oportunidades de presente y futuro. Salvar a la España olvidada implica generar alternativas al sistema de producción capitalista que no tiene en cuenta ni al bienestar de la humanidad ni a la pervivencia de las demás especies que nos acompañan. Estamos a tiempo de recuperar nuestra identidad y convertir nuestros territorios en unos espacios atractivos, modernos, inclusivos y digitales. De nuestra mano está separar la “gandaya” de las buenas semillas. 

Imagen: “No a la Iberia Vacilada”. Fuente: Tribuna de Valladolid (2019)

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“Pues eso, que no le deseo mal a nadie, pero ¿quién sabe? Igual lo rural se vuelve hegemónico y, como las grandes películas de José Luis Cuerda, comenzamos a tratar el medio rural y su realidad como se merece, si antes, claro, no se ha muerto” (“Lo rural ha muerto, viva lo rural: otro puñetero libro sobre la despoblación” de Víctor Guiu, 2019). 

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